Son sueños conocidos, sudores fríos por las mañanas y cobardía por la tarde, soy yo pisando el freno más de la cuenta, nieblas, piernas, manos y labios todos ellos conocidos y hechos legión, un ejército de recuerdos y pertenencias, preparados para la aniquilación. Mas aun no comienzan, siempre es peor la amenaza, como los antropófagos que esperan su momento alrededor de una mesa de los que me habla Bergman.
Soy yo puro sobresalto, y tomar aliento es lo único que me cuesta trabajo. Llevo unos meses cambiando todo de sitio probando de nuevo, reubicando el universo a mi alrededor, hacia adelante, sin temblor de manos y sin dar pasos hacia atrás y de repente el
Onirismo,
"for the moon never beams whithout bringing me dreams...", vuelve a ponerme todo del revés.
Me permito volver y en un pequeño segundo: las ruinas de
Tikal, ahora soy yo el que se pregunta:
qué estas maquinando?, cambiando nombres para huir una vez más sin por ello romper ninguna regla, "
está prohibido prohibir". Puede ser que todo suene igual porque en el fondo es completamente distinto, puedo bautizar todo cuantas veces me de la gana, quizás el miedo real se encuentre en el hecho de no sentir nada ya.
Dos tonos despues, empecé a arrepentirme y me di cuenta de que ya no reconocía nada de lo que se fue con el huracán.
Confieso tambien que nunca me imaginé escribir esta carta resignada a tres días de acabar febrero.
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Now playing
(in an eternal loop until the end of time):
Incubus-Anna Molly